sábado, 13 de junio de 2015

La foto de las 1001 historias. Historia Nº 2: Música en el convento







“...Y yo sigo aquí, esperándote
Y que tu dulce boca ruede por mi piel
Y yo sigo aquí, esperándote
Y que tu dulce boca ruede por mi piel...”


- ¡Hermana! ¿Qué es eso que suena?
- El hilo musical.
- ¿Desde cuándo tenemos hilo musical en el convento?
- No es del convento, sale de ahí abajo...


“...Y yo sigo aquí, esperándote
Y que tu dulce boca ruede por mi piel
Y yo sigo aquí, esperándote
Y que tu dulce boca ruede por mi piel...”


- Pero, esta canción... Es muy... ¿Cómo lo diría?
- Mala, Hermana, mala.
- Bueno, hay gustos para todo.
- Es muy mala, Hermana. Déjese de caridad cristiana y demás. En confianza entre usted y yo: Es muy muy mala.
- ¿Podemos apagarla?
- Debemos.


“...Y yo sigo aquí, esperándote
Y que tu dulce boca ruede por mi piel
Y yo sigo aquí, esperándote
Y que tu dulce boca ruede por mi piel...”


- ¿No daremos en la cabeza a esa señora si cerramos para que no se oiga la música?
- ¿Qué música?
- ¡Hermana! Está usted muy despistada últimamente. ¿De qué estamos hablando?
- ¡Ah! La canción esa... Es que llamarla música...
- ¡Qué mala es usted, Hermana!
- Es que es una canción muy mala, ¿Cerramos?
- ¿Y si le damos en la cabeza con la tapa a esa señora que sube?
- Los Caminos del Señor son inescrutables...


“...Y yo sigo aquí, esperándote
Y que tu dulce boca ruede por mi piel
Y yo sig... (SILENCIO)






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