lunes, 30 de enero de 2012

Cumpliendo con los Tópicos (Vol. 3): De libros, hijos y árboles (Y no por este orden)



Ayer soñé plantar un libro. Me dejé llevar por la idea de tener un árbol que me visite en el asilo cuando sea viejo y poder contarle a todo el que quiera escucharme que escribí un hijo. 

No sería un buen hijo, pero lo escribiría yo. Y tendría un libro que años después daría sombra a todo aquel que quisiera acercarse a él, animando a muchos a plantar más. 

El mundo sería mejor si todos plantáramos algún que otro libro. 

El árbol me llenaría de satisfacción hasta que la gente empezara a valorarlo y pensar que no merecía tanto la pena.

Me moriría pero habría cumplido con todo lo previsto.

Aunque el hijo me hubiera salido tonto, el libro no creciera y el árbol fuera una cosa ilegible.




Más tarde dejé de soñar y fantaseé con planes más cercanos y accesibles, como meterle a la luna el dedo en el ojo...




viernes, 27 de enero de 2012

Autobiografías robadas






Llevo años escribiendo mi autobiografía.

Ayer la busqué en el cajón y no estaba. No sé si la he extraviado  en alguna mudanza o si se perdió en mi último incendio interior.

Quizás me la hayan robado. Sé de unas cuantas que estarían encantadas de arrebatármela para hacerla suya. Cuando vives una vida que no te gusta, es difícil encontrar en el mercado negro una buena autobiografía con la que vivir mejor. No es heroína ni porno oriental. Se trata de una vida que te encaje como un guante. Y eso no es fácil de comprar. Al menos por aquí.

Desencantada me convencí de que podría pasarme el resto de mi vida buscando a la ladrona de mi autobiografía o empezar a escribirla otra vez.

Me pasaría los días y las noches buscando a alguien que hubiera vivido lo que ponía en mi autobiografía. Sé que la reconocería al instante, aunque fuera al fondo de un bar lleno de gente, en una manifestación de más de un millón de personas para los organizadores y unas siete mil personas para la delegación del gobierno o en un concierto de los Rolling Stones. La reconocería. Me reconocería. Pero sería muy cansado.

Quizás debería empezar a escribir otra. Así podría borrar todos los capítulos que no me quedaron bien la primera vez. Podría escribir una autobiografía más interesante, llena de pasajes excitantes, plena de emoción y de arrebatadores giros del destino. Podría hacerlo.

Pero no me acuerdo qué ponía en el primer borrador de mi autobiografía.

Quizás sea mejor así. Puede que esté aún por escribir. A fin de cuentas, nadie la va a leer. Puedo poner lo que me dé la gana. 

Pero no me acuerdo qué ponía.

Y eso me preocupa: Quizás no me haya dado cuenta aún de quién soy realmente. 




martes, 24 de enero de 2012

Aquella noche que quise ser Marlon Brando...




Aquella noche que quise ser Marlon Brando...
... no tenía máquina de escribir. 

Y tú lo recuerdas constantemente, como si fuera culpa tuya…

(Y no me gustó)





Aquella noche que quise ser Marlon Brando…
… recordé que no te gustaba nada porque lo conociste en el ocaso de su carrera, gordo y demacrado. Yo muero por tener un ocaso así si eso me diera su gloria anterior. 

Aquella noche que quise ser Marlon Brando…
… me bebí cuatro botellas de bourbon mientras tú te desnudabas para mí. No pasó nada. Ni me emborraché ni pudimos follar. Creo que me apetecía más follarte que emborracharme, pero cuatro botellas de bourbon barato no ayudan.

Aquella noche que quise ser Marlon Brando…
… decidí escribirte una carta de amor porque nunca antes lo había hecho. Pero me dijiste que ya era demasiado tarde. Ni yo era Marlon Brando, ni el tiempo jugaba a mi favor.

Aquella noche que quise ser Marlon Brando…
… descubrí que estabas empeñada en convertir mis inviernos en primaveras y me obcequé en pensar que el Otoño se ha inventado para quedarse siempre en mí.

Aquella noche que quise ser Marlon Brando…
… supe que mi cabeza no iba a ser un trofeo en la pared de tus conquistas. Porque Marlon Brando es más importante que cualquiera de tus conquistas, aunque tú no lo creas. 

Aquella noche que quise ser Marlon Brando…
… volví a sentir el sexo contigo, aunque nunca más quieras volver a acostarte conmigo. Volviste a descubrir que lo que significo entre tus sábanas, no lo conseguirá significar nadie. Y sales a la calle corriendo, con la sábana sujeta tapando tu desnudez a la manera de un manido cliché de película americana taquillera tratando de llegar a la estación para llegar justo en el momento en el que ves mi tren partir desde un andén que no te entiende. Como no te entendía yo antes de irme.

Aquella noche que quise ser Marlon Brando…
… te traté mejor que nunca. Quise ser un canalla pero me salió el perfecto caballero. Quise ser dulce y te excitaste por mi mal carácter. Quise besarte y me dejé comer por tus labios. Quise hacerte sentir una puta despechada y fui el amante más tierno del mundo. Todo salió perfectamente al revés. Como siempre nos gustó.

Aquella noche que quise ser Marlon Brando…
… llamé a tu puerta y entré aunque estabas ocupada.

Aquella noche que quise ser Marlon Brando…
… dejé atrás todas las ciudades en las que habíamos vivido para llegar a la playa montañosa que siempre nos prometíamos en sueños. Y metí mis pies en el agua mientras miraba las cumbres nevadas. 

Aquella noche que quise ser Marlon Brando…
… vi que en nosotros el sol brilla con la fuerza de la mejor y más soñadora luna que nunca alumbró mis noches.

Aquella noche que quise ser Marlon Brando…
… te llamé por tu nombre


(Y todo te gustó)



Aquella noche que quise ser Marlon Brando...
... no tenía máquina de escribir. 

Y tú lo recuerdas constantemente, como si fuera culpa tuya…

(Y no te gustó)






Aquella noche que quise ser Marlon Brando…
… realmente quería ser Johnny Deep para poder haber sido amigo de Marlon Brando. 

Pero nunca te lo dije...

(Y no me gustó)


martes, 17 de enero de 2012

Microrrelatos Sin Pudor (Volumen 21): Acostarse tarde




Últimamente me acuesto muy tarde. 
Espero que el cansancio me pueda y no aguantar más para irme a dormir. 
Es la única manera que conozco para encontrarte en mis sueños...


Antes me acostaba temprano y no soñaba. Recuerdo que no era feliz. 





Ahora te busco y te encuentro siempre que me acuesto tarde. 
Me estoy volviendo un crápula, estoy cansado casi todo el día, pero la claridad del día ha dejado de tener importancia desde que vi tu luz en mis sueños.

Todas las noches hago lo mismo. 

Todas las noches te espero.

¿Vienes?



"Y antes de dormir
Voy a repetir:



miércoles, 11 de enero de 2012

Otra noche sin dormir (Volumen 12): Salidas del armario y holocaustos de la humanidad




"A. Todos los hombres son mortales. 
B. Sócrates era mortal. 
C. Todos los hombres son Sócrates. 

(La última noche de Boris Grushenko, Woody Allen)




INICIO



Me desperté inquieto. Más de lo normal. No sabría decir bien porqué, pero algo me pasaba aquella mañana.

Me había costado conciliar el sueño hasta bien entrada la madrugada aunque aquello no era relevante pues me pasaba muy a menudo. Estaba cansado y maldije la hora en la que el despertador sonó a pesar de saber que yo era el único responsable de que se activara precisamente a esa hora.

Bueno, yo y el maldito trabajo al que me sentía atado para poder pagarme un poco de vida cuando no estoy en él.

La vida fuera del trabajo cada vez era más escasa, y el trabajo dentro de la vida era cada vez más asfixiante.

Mis sentimientos hacia todo lo que me rodeaba era cada vez más confusos. Mis sentimientos hacia mí mismo eran cada vez menos indulgentes.

Me dolía la cabeza muchísimo. La falta de sueño es algo a lo que uno acaba por acostumbrarse, pero sus consecuencias no las mides nunca adecuadamente. 

Hacía tiempo que no leía el periódico. Hasta en eso estaba cambiando. Yo siempre había sido una persona interesada por lo que sucedía en el mundo, pero el periódico lo leía muy habitualmente porque me gustaba leer cosas de actualidad, aunque fueran patrañas y signos inequívocos de que todo estaba muy mal.

De la tele no me fiaba, pero esa mañana hacía frío. El café y los informativos matinales serían los acompañantes perfectos hasta que llegara la inevitable hora de ponerme el disfraz de persona normal y salir a trabajar.

Definitivamente, iba a tener un mal día. Las guapas presentadoras de los telediarios matinales parecían querer avisármelo antes de que pusiera un pie en la calle.

En cualquier caso, debía hacerlo. No por apetencia. Debía salir a la calle y encaminarme al trabajo, no había otra. Los telediarios matinales y el café cargado no habían hecho más que recordarme que había pasado otra noche sin dormir y eso no podía ser bueno en ningún caso.





NUDO




Estoy en la calle de buena mañana.

Voy a comprar el periódico.

Me da igual que no  haya dormido mucho y que el día vaya a ser la mierda de costumbre, voy a ver si el periódico me anima constatando que el mundo que me rodea está hecho una piltrafa.

La primera en la frente: El Papa dice que el matrimonio entre homosexuales acabará con la humanidad. 




La verdad es que la noticia tiene su gracia. Al menos a mí me lo parece. No quiero salir del armario, el matrimonio me produce pavor además de parecerme una de las instituciones más perniciosas que ha inventado nunca el ser humano, y al Papa lo considero el ser humano más infecto que hay sobre la faz de la tierra, me da pavor, y debería ventilar su armario de una puta vez.

La noticia del día. Inundando los medios. El Papa ha vuelto a hablar. Yo tengo que ir a trabajar. La humanidad se va a acabar por culpa de los gays y el Papa lo sabe antes que nadie.

Yo no gay, ni el Papa, ni papá… Aunque creo que sólo estoy completamente seguro de la  opción del medio.  Yo quiero acabar con la humanidad hace mucho tiempo, pero nunca he sabido cómo hacerlo. Ahora tengo que ir a trabajar. Cuando salga quizás piense un poco más en ello. El Papa me ha dado muchas pistas. La extinción de la humanidad es una de mis fantasías más húmedas de siempre. En mi armario entra luz desde el exterior…





DESENLACE




Esta noche voy a soñar con follarme a todo hombre que me encuentre por el camino. Y cuando digo hombre, digo persona de sexo masculino, no quiero que quede la duda de si estoy usando el maldito genérico y con ello me refiero a ambos sexos.

Voy a salir a la calle y al primero que me cruce le voy a dar mi amor de la mejor manera que pueda. Y luego iré a por otro, y a por otro, y a por otro… Hasta que esté cansado de follarme a todo los tíos que me encuentre.

Descansaré un rato y seguiré. Toda la noche. Aunque se convierta en otra noche sin dormir. A fin de cuentas, cuando más se liga es por la noche, o al menos eso es lo que todos creemos. Y hay que aprovechar.

Follaré y follaré hasta que alguno se enamore de mí. Y cuando estemos los dos enamorados nos casaremos rápidamente. Y le dejaré por el primero que pase. Y cuando me vuelva a enamorar, me casaré de nuevo. Y volveré a dejar a éste por el primero que pase. Y así…

Me casaré con todos los hombres que pueda. A mi madre no le gustará que salga del armario y me case con un hombre, pero con tal de ser la madrina en alguna boda y ver a su hijo de punta en blanco, el disgusto se convertirá en ilusión rápidamente. Aunque la ilusión se le pasará cuando lleve tres o cuatro bodas. Y más cuando se dé cuenta de lo rápido que lo voy a hacer. Y más aún, cuando sepa que lo hago por acabar con la humanidad… 

A esas alturas ya habrá amanecido y habré pasado otra noche sin dormir…

La humanidad seguirá existiendo y yo seguiré teniendo que ir a trabajar. 

Y el Papa, al respecto, ya puede decir misa (Nunca mejor dicho).




Nota del Traductor 1: 
Este post tiene hilo musical. No tiene nada que ver con el Papa, pero lo escrito aquí arriba no tiene nada que ver con él tampoco. 

Nota del traductor 2: 
En muchas de las líneas de esta historia se confunde el sexo con amor, y el amor con el sexo. Del sexo se llega al amor, y del amor al matrimonio. Del matrimonio al sexo no se dice nada. Y se obvia (conscientemente) lo improbable de que alguien como yo pueda ir por ahí follándose a lo primero que se le cruza, no por falta de ganas propias, sino por desgana de la otra persona. Sea hombre, mujer, animal o cosa…

Nota del traductor 3:
El mismo día que el Papa dice ésto, una turista suiza es detenida por intentar grabar un corazón en el interior de la Alhambra. Quizás no tenga nada que ver, pero por si acaso voy a seguir desconfiando muy seriamente de la humanidad. Se extinga o no…

lunes, 2 de enero de 2012

De excitaciones, Magritte y personas que no se entienden (Capítulo final)



"Lo que cuenta simplemente es ese momento de pánico y no su explicación"
(René Magritte)




Te plantaste delante del cuadro. 
Ya lo conocías. 
Llevabas toda una vida esperando contemplarlo al natural, de cerca.

Te excitaste. 

No por motivos artísticos o por su calidad pictórica. 
Te excitaste sexualmente. 
Y ahora vienes a mí con que te preocupa, confesándomelo.

No soy quién para valorar cómo se excita cada una. 
No soy quién para casi nada en cuestiones de excitación. 
No soy quién.

Yo misma me descubrí excitada un día con la música del Telediario.

“La excitación no se puede controlar”, me dijiste un día para justificar que te acostaras con otras mientras decías que a quien realmente deseabas era a mí.

“La excitación no se puede controlar”, te digo hoy para que no te preocupe sentir dentro de ti ese ardor sexual al contemplar Los amantes de Magritte.

Me miras y piensas que no te entiendo y que no deberías habérmelo contado. 
Lo peor de todo es que conozco esa mirada y te entiendo. 
Y que no deberías habérmelo contado...

Atentamente,
tu excitada exploradora,
besos.





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