martes, 24 de mayo de 2011

La revolución y tu escote, al que quise tanto


“La auténtica revolución tiene su base en el amor” (Ernesto Che Guevara)

Corrían tiempos de cambio. Buscábamos en las plazas, en las almas, en las personas. Los indignados, los descreídos, los advenedizos, los comprometidos, los solidarios, los oportunistas, los figurantes, los revolucionarios… Todos estaban allí. Había que estar allí, había que levantar la voz, había que decir basta.
De Madrid a Barcelona, de Londres a Tokio, de Sevilla a Badajoz. Eran momentos de catarsis. La energía estaba en el ambiente y nos creíamos capaces de todo.


Y me sumergía en la masa. Y buscaba la respuesta. Y buscaba algo que me había llevado hasta allí, pero que no sabía qué era, aunque me daba igual. La revolución me arrastró y tu escote me atrapó.

Por la multitud era difícil caminar. 
Por tu escote era maravilloso bucear.

“Recuerdo cada detalle: Los alemanes iban de gris. Tú vestías de azul" y tu escote era la revolución en sí misma.

Me quería deslizar entre la masa como uno más. Quería formar parte de algo histórico. Quería estar allí. Porque mi vida está llena de iconos. Mi vida es una sucesión de lugares comunes y de referencias. Mi vida persigue mitos e ídolos. Mi vida se nutre de devociones y paganismos. Aunque en aquel momento, mi vida sólo quisiera sumergirse en tu escote.

Algunos creían que era el buen tiempo. Otros sabíamos que era por mí. Aunque no supieras todavía que nos íbamos a encontrar allí. 

"He cruzado océanos de tiempo hasta encontrarte", te dije cuando me sentía Drácula.

Estuve en el Mayo del 68 de París, leí en una pared aquello de “Tomen sus deseos por realidades” y te lo dije en privado. Sólo para ti. Porque sabías que lo único que me importaba era tu escote.

¿Se puede amar un escote con sólo verlo? ¿Puede llevarte a un sentimiento obsesivo mayor de lo que puedas haber conocido? ¿Puedes luchar por el cambio, por la revolución y por ese escote, a la vez y con todas tus fuerzas?

En la revolución de nuestra vida me encontré con tu escote. 

Y me hizo perder el norte. 

Y decidí luchar... 
Tu escote así me lo pedía.

Tu escote es de las cosas más sensatas por las que se puede luchar.

La revolución, tu escote y yo, que nos quisimos tanto… Aquel año que vivimos peligrosamente.



Postdata aclaratoria (Innecesaria como siempre, inútil como de costumbre):
Decían en el parisino Mayo del 68 que “bajo los adoquines hay arena de playa”.
Daniel Cohn-Bendit, protagonista destacado del Mayo del 68, escribió un muy recomendable libro titulado “La Revolución y nosotros que la quisimos tanto” hace mucho tiempo.
Casablanca es una gran película. Digan lo que digan.
El Drácula de Francis Ford Coppola también.
Me encantan los escotes. Me pierden los escotes. Soy un ser muy primario…

Posdata aclaratoria 2 (Esta vez, necesaria):
Hoy cumple 70 años Bob Dylan. El maestro creó una obra de arte en forma de canción que se llama “The times They are a-Changing”. Viene mucho al caso. Como casi todo lo que ha escrito y cantado Dylan. Por los años de los años…


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